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LOS EJERCICIOS LOCALIZADOS NO REDUCEN GRASAS

Muchas personas se lanzan desaforadas a realizar gran número de ejercicios para la cintura, el abdomen y los glúteos, principalmente, con la intención de reducir la grasa o adelgazar en estas partes del cuerpo. Esta conducta, que desaparece en cuanto no consiguen los resultados esperados, se basa en la creencia de que la realización de ejercicios específicos dirigidos a una determinada zona corporal produce un adelgazamiento o reducción localizada del tejido adiposo.

Esta creencia viene asociada a la consecución de cuerpos perfectos, que entiende al ejercicio físico como un medio que moldeará, fortalecerá y adelgazará el cuerpo en aquellas zonas donde se necesite. Recogiendo esta creencia errónea y aquellas otra que indica que el ejercicio físico es salud per se, un nuevo elemento, la belleza y como consecuencia la atracción física y la aceptación social ha nacido. No es necesario explicar las frustraciones que esta concepción produce en aquellas personas que creen en la posibilidad de conseguir el modelo de cuerpo de moda, no sólo a través del ejercicio localizado, sino también a través de otro tipo de técnicas como cremas reductoras, cirugía, etc. (Pascual, 1998).

Para desmitificar esta idea es preciso comentar que no existen evidencias que demuestren la existencia de ejercicios localizados capaces de reducir la grasa de áreas corporales específicas. Si acudimos a los datos más significativos, encontramos el ejemplo de los tenistas, deportistas que hacen un uso continuado de un brazo. Diferentes estudios han realizado mediciones del somatotipo de ambos brazos, valorando el componente endomorfo (graso), ectomorfo (hueso) y mesomorfo (músculo). Los datos obtenidos indican que estos deportistas tienen en ambos brazos el mismo porcentaje graso (Sharkey, 2000), lo que indica la imposibilidad de lograr una pérdida localizada de tejido graso (Devís y cols., 2000).

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