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NO EN SI MISMO

La masa corporal podemos dividirla de forma sencilla en masa grasa y masa magra o libre de grasa (músculos, huesos, piel y líquidos corporales). Los porcentajes óptimos de grasa corporal peso oscilan en el 15% en los hombres y en el 22% en las mujeres. Se consideran obesos los hombres y mujeres que tienen más de 25% y el 33% de peso graso, respectivamente. La acumulación excesiva de grasa corporal está relacionada con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II y la hipertensión arterial. La dieta y el nivel de actividad física, además de factores metabólicos y hormonales, son los elementos reguladores más importantes de la composición corporal (Rodríguez, 1995).

El determinante principal del peso suele ser el balance calórico o balance energético. Este balance consiste en la diferencia entre la ingesta calórica (el equivalente energético de la comida ingerida) y el gasto calórico (equivalente energético de trabajo biológico realizado).

De esta manera, se pierde peso cuando el gasto calórico supera la ingesta calórica y se gana en caso contrario. Un equilibrio calórico negativo conseguido a través del ejercicio físico aeróbico produce fundamentalmente la pérdida de tejido adiposo, manteniendo el peso magro constante.

Existe también otra falsa creencia en relación con la pérdida de peso. Esta falsa idea está vinculada a la práctica de ejercicio con prendas impermeables o a la realización de actividad física en ambientes calurosos (correr a las tres de la tarde en pleno verano) e incluso con restricción en la ingesta de líquidos.

«Sudar para adelgazar provoca deshidratación, que a grandes niveles puede llegar a provocar la muerte si no se toman las precauciones adecuadas» (Miñarro, 2002). La deshidratación causa alteraciones en el sistema cardiovascular, metabólico y endocrino. Es importantísimo hidratar nuestro organismo antes, durante y después del ejercicio (Alarcón y Ureña, 2006).

Todos estos aspectos adversos aún cobran más importancia en personas con sobrepeso, ya que generan más calor interno debido a que la grasa actúa como aislante y no permite la disipación del mismo (Italo y cols., 1994).

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