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Algunas personas, cuando se encuentran débiles o tienen hambre antes de ir a entrenar piensan: «Si la glucosa es energía para el músculo y tomo algo con mucho azúcar, ¡tendré mucha energía disponible para hacer ejercicio! Cierto… pero por muy poco tiempo. A los 5-10 minutos de ingerir azúcares se provoca una liberación de glucosa en sangre, y consecuentemente, una liberación de insulina desde el páncreas, proceso que puede desencadenar una hipoglucemia (descenso drástico de la glucosa en sangre), precipitando la aparición de fatiga si realizas una actividad intensa, ya que el músculo no puede encontrar energía para mantenerla. Durante el ejercicio, el objetivo no debe ser aumentar mucho los niveles de glucosa en sangre, sino mantenerlos en valores normales.

Así pues, si realizamos ejercicio en los 30-40 minutos siguientes a la ingestión de ese azúcar o similar, corremos el riesgo de sufrir un cuadro de hipoglucemia reactiva, que produce malestar físico (sudores, debilidad, mareos) y agotamiento prematuro (imposibilidad de obtener energía de la sangre).

¿Qué hacer entonces si vamos a entrenar y nos encontramos débiles?

Pues tomar hidratos de carbono complejos bajos en fibra:

  1. 40-60 min antes del ejercicio: pan, cereales, arroz, pasta, nueces, etc.
  2. Durante el ejercicio: zumo de frutas (la fructosa no aumenta tanto el índice glucémico), barritas energéticas de cereales, preparados solubles (Caseros o comerciales)

Para saber más: Miñarro (2002) «Mitos y falsas creencias de la práctica deportiva»

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